Son tarjetas de tamaño y apariencia inversa a los documentos (letras blancas en fondo oscuro), filmadas entre los lotes o grupos documentales. Se recomienda microfilmar en cada ocasión, la tarjeta respectiva, 5 a 8 veces en fotogramas o imágenes consecutivas, a fin de crear la apariencia de un espacio en blanco, ópticamente diferente.
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